PA
ME
RI
CA
NO
No te quejes de nada, si lo que te molesta tiene solución arreglalo, si no, olvidalo.
Vos sos capaz de cambiar cualquier situación.
Ten pensamientos positivos.
Busca buena compañía y alejate de los pesimistas.
No le des vueltas a los pensamientos tristes, busca lo alegre.
Enfrenta tus problemas como retos a vencer.
Sé entusiasta y optimista en todo lo que hagas.
Llena tu mente de buenas noticias.
Disfruta lo que tenes y sé agradecido.
Sentite vivo, observa lo hermoso que hay a tu alrededor y disfrutalo, está aca para vos.
Perdona, el rencor es una pérdida de tiempo.
No trates de cambiar a la gente, es más fácil aceptarla tal y cómo es.
No te aferres a nada ni a nadie, todo lo que necesitas está en vos.
Querete, mimate y aceptate como eres, agradece la oportunidad que tenes de ser vos mismo.
Podemos dar algo, y de hecho muchas veces lo hacemos, de forma absolutamente altruista. Somos, cuando entendemos que debemos serlo, generosos en las mil y una formas que podemos concebir: con nuestro tiempo, para aquellos que lo requieren, con nuestro dinero, para quienes lo precisan, con nuestro apoyo desinteresado a las causas que creemos justas. Damos nuestra sangre por nada, amamos a veces sin correspondencia, en definitiva: somos capaces de ser solidarios hasta límites insospechados. Dejando eso sentado, y para cuando decidimos ser menos prodigiosos, apliquemos el famoso quid pro quo (algo a cambio de algo).
Existe una ley no escrita, la de la reciprocidad, que implica que si alguien me regala una camisa yo debería estar dispuesto a corresponder posteriormente con una cena. Tal vez no es el mejor ejemplo, pero lo que trato de decir, es que generalmente siempre hacemos las cosas esperando algo a cambio y lo lógico, natural y necesario es corresponder. Si no lo hacemos, se produce un desequilibrio y se corremos el riesgo de acabar con cualquier relación sea de tipo profesional (reciprocidad de intereses) o de tipo personal (reciprocidad de trato).
¿Qué ganan ellos? Si nos hacemos esta pregunta y somos capaces de encontrar una respuesta satisfactoria, estaremos sembrando en un terreno tan fecundo que nos sorprenderá la cosecha posterior.